Desarrolle sus capacidades para expresarse y comunicarse.
Sepa adquirir y utilizar información.
Desarrolle el pensamiento y las habilidades para resolver problemas.
Mantenga la disposición para el estudio y el gusto por ir a la escuela.
Se sienta seguro y competente en el plano motor.
Desarrolle las capacidades que le permitan enfrentar desafíos y fortalezcan su creatividad, autoestima y motivación.
Sea capaz de adaptarse y manejar los cambios que implica la actividad cinética; es decir, tener el control de sí mismo, tanto en el plano afectivo como en el desempeño motor, ante las diversas situaciones imprevistas que se dan en la acción.
Sepa apreciarse y respetarse a sí mismo y a los otros.
Proponga, comprenda y aplique reglas para la convivencia y el juego limpio.
Se integre al grupo escolar y al trabajo en equipo; es decir, desarrolle el sentido comunitario.
Sea responsable y ejerza la autonomía personal.
Conozca sus derechos y deberes, sepa aplicarlos y hacerlos valer.
Cuide su salud mediante la adquisición de información, el fomento de hábitos que la mantengan y refuercen, la práctica regular de la actividad motriz y la prevención de accidentes.
Desarrolle actitudes tanto para conservar el ambiente y emplear de manera racional los recursos naturales, como para preservar el patrimonio cultural.
Sea capaz de seguir aprendiendo fuera de la escuela y aplique lo que sabe.
Por las razones anteriores, la escuela normal orienta la formación académica de los futuros educadores físicos mediante seis grandes líneas que, a manera de enfoque, se consideran pertinentes para lograr los aprendizajes de niños y adolescentes, así como las finalidades de la educación básica. Estas líneas de reorientación de la educación física en la educación básica, se describen brevemente a continuación.
Y sus corrientes son:
*Pedagogicista
*Militarista
*Higienista
*Físico deportiva
*Psicomotricista
*Praxiológica
*Socio – crítica popular
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